

José Luis Guedes es policía retirado y siempre va a la plaza por las mañanas. En este día se encontró con su excompañero Walter, quien, a pesar de estar de servicio, se tomó unos minutos para conversar con su amigo.
Luis Carlos López es el presidente del Frente Amplio de Rivera y tiene su propia carpintería. Todos los días atiende su negocio y también los temas de su partido. En plena elección departamental su trabajo no le impide estar a la orden de las necesidades de los candidatos y de los militantes.
Agustina comienza el día festejando su cumpleaños junto a su hermana Mikaela y sus papás Cristian y Ronnie. Muy contenta por sus ocho años y también porque esas eran las botitas que ella quería.
Desde hace diecinueve años, Walier Ney Romero es el sereno en la zona de Monseñor Vera esq. Ituzaingó. Todos los días de diez de la noche a cinco de la mañana cuida los hogares del barrio. El sueldo se lo pagan entre veinticuatro vecinos de la zona.
Teresa tiene 84 años y siempre está en la puerta de la iglesia. Por cuestiones de la vida está a cargo sus nietos y la gente que pasa le regala alguna monedita, porque saben que necesita de la ayuda de todos.
Sofia cursa tercer año en la Escuela n.º 140. Su mamá Melina la va a buscar a la hora de la salida. «Todos los niños nacen artistas.»
Wilman es de Minas de Corrales, pero hace años que vive en la ciudad de Rivera. Se junta con sus amigos todos los días a jugar al billar en el Club Uruguay. Cada cual lleva su taco y compiten en muchos campeonatos, de los cuales han ganado varios. El único día que no juegan es el domingo porque el Club permanece cerrado, entonces es cuando aprovecha para hacer un asadito.
Israel Cabrera es poeta. Vive en un refugio, come en un comedor del municipio y por esas circunstancias de la vida se ha quedado sin más nada que sus letras. Por las tardes va a la plaza a hacer crucigramas y a escribir algún poema. Quiere escribir un libro pero no sabe cómo, porque tiene mucho material pero no los recursos para hacerlo. «Si en el mundo hubiese igualdad, habría más felicidad. Si todos ponemos un poco, es una meta a lograr»
Sandra junto a dos de sus cinco hijos: Alex (11) y Enzo (2). Viven en el humilde barrio El Cuartel junto a su esposo Alex, que es vendedor ambulante y todas las mañanas sale a trabajar para volver de noche.
Carlos Dilmar Ruiz es uno de los muchachos que por las noches frecuenta el bar El Pipí, uno de los pocos bares que hay en la ciudad y tiene más de noventa años.