

«En este edificio, el día 3 de julio de 1927, votó por primera vez la mujer en Sudamérica. Cerro Chato, 3 de julio de 2007.»
La tapera corta el camino vecinal dándole un toque lúgubre a la campaña. La que otrora fuera hogar, hoy se mantiene porfiada en un cruce de caminos.
El interior del hotel, entrada la tarde, con casi toda la tarea hecha…
Poco más de las 7 y el paisaje comienza a teñirse con el blanco de las túnicas. Las distancias importan, pero la voluntad las acorta.
Octavio trabaja como guarda. Todos los días une Melo con Montevideo. Dos viajes de cuatro horas y pico, con un intermedio de dos a cinco horas, dependiendo del día. A veces pasa dos días enteros viajando antes de volver a su casa en Melo. Ahí sí disfruta de un descanso más largo.
Ajenos al mundo, una madre y su cría realizan el imprescindible ritual de la vida.
Unidad Potabilizadora de Agua en una zona cercana al «Salto de agua» de Cerro Chato
Dos modos de compartir. Uno bien pegadito al otro.
Valeria estudió enfermería en Montevideo. Trabajó en la capital, pero una vez embarazada volvió a su pueblo. «Aquí la vida es más tranquila y me da mejor el tiempo para el trabajo y los niños». Amamanta a su bebé en su trabajo, junto a su compañero.
La farmacia del pueblo se ocupa de las necesidades sanitarias, las humanas y de las otras también. Don Artigas Lipskind la atiende desde 1960.