

Local de la Cooperativa de Obreros de UTE, donde funcionó el cine local, actualmente abandonado
Niñas juegan en las calles luego de salir de la escuela
Todos los jueves a las 20 horas, los «veteranos» de Blanquillo se juntan a jugar al fútbol durante dos horas en la cancha del Centro MEC. Hombres de entre treinta y setenta años se mezclan, corren, gritan y se divierten.
Historia y presente del candombe en Durazno. En la foto los «pioneros». Entre los tambores, el director de la comparsa más premiada del departamento: ¡Afrocan!
Un alumno de la Escuela urbana n.º 72 «Rincón de Baygorria» presta atención a su maestra mientras ella dicta la clase.
Carlos Pérez (54), jefe de la Unidad Administración y Servicios Generales de la Central Hidroeléctrica Baygorria, recorre las instalaciones de la represa.
Surtidor que suministraba combustible a los vehículos que realizaban tareas en la Central Hidroeléctrica Represa de Baygorria, gestionado por UTE. Hoy abandonado
Trabajador de la planta de esturiones Black River Caviar realiza tareas de clasificación de hembras en uno de los estanques. Un ejemplar hembra adulto llega a pesar más de 40 kg.
Trabajador de la planta de faena de esturiones Black River Caviar. El caviar se extrae luego de un largo proceso de cría, una vez que las hembras han alcanzado el punto óptimo de maduración, lo cual se determina por el monitoreo constante de los peces de forma individual y personalizada.
Trabajador de la planta de esturiones Black River Caviar en su hora de descanso
Niñas de la localidad de Rincón de Baygorria saludan a los pasajeros del ómnibus de Nossar que hace el recorrido diario entre Durazno, Paso de los Toros y Rincón de Baygorria. Es un servicio gratuito ofrecido por UTE para trasladar a los trabajadores de la Central Hidroeléctrica Represa de Baygorria y a otros pobladores.
Criadero de esturiones en la planta de Black River Caviar. Desde pequeños estos peces son alimentados a base de raciones. A las hembras se las separa y se les hace un seguimiento por medio de un chip colocado en su interior. De las huevas se obtiene caviar de calidad que se exporta a Europa, Estados Unidos y Japón, entre otros países.
Al atardecer, los vecinos de La Paloma dedican unos minutos para ver la puesta de sol.
Todos los días, José y Yanet barren el «urnario» del cementerio. El silencio del pueblo impregna tanto el lugar como a sus funcionarios. Ellos cuidan la memoria de los muertos de Blanquillo mientras ven cómo los estantes se van llenando de urnas y flores
En el cementerio se construyen panteones sencillos pero coloridos. No son muchos, pero el color le da cierta vitalidad a un lugar donde las visitas son poco frecuentes.
Adolescentes del liceo de Blanquillo aprovechan los cinco minutos de recreo para ver y ser vistas
Blanquillo es un pueblo rodeado de tierra arcillosa. Yaqueline dedica sus horas libres, junto con otras compañeras, «las que van quedando», a hacer cerámicas. Hoy arregla una maceta que de un día para otro se deformó.
Marta y Yaqueline hacen cerámicas dentro de uno de los galpones que AFE les entregó hace años a los ceramistas de Blanquillo. La producción es abundante. No así los compradores, que esporádicamente pasan y se llevan alguna artesanía obligados por la tradición de la zona.
Hace dos años funciona el carro de Silvia. Sus clientes son principalmente camioneros y visitantes pasajeros que a la noche no encuentran otros lugares donde comer. La vecina de enfrente le hace compañía a veces. Si no, lo hace un televisor de pocas pulgadas.
La señora Adriana Soust desempeña su labor diaria como desde hace diez años
La Iglesia de San Pedro ocupa el mismo sitio que el primitivo templo de la villa, incendiado en 1967. Fue reconstruida por el ingeniero Eladio Dieste y es una referencia nacional.
Sosita ya forma parte del paisaje de la plaza Sarandi «levantando juego» para alegría de pocos y tristeza de muchos.
El puente sobre el río Yi en Paso del Durazno, conocido como Puente Viejo, construido en 1903 por el ingeniero Federico Capurro.
El barro al molde y ya van 400 ladrillos
En el año de 1874 llega el ferrocarril a Durazno y la convierte en la terminal más al norte del país. De allí las diligencias partían hacia las diferentes regiones. Este fue el hotel Bula, donde pernoctaban los pasajeros.
Desde hace 36 años don Raúl Laguna cumple funciones en la Estación Durazno. Aquí lo vemos bajando las barreras.
El último Sorocabana del Uruguay. Allí está la barra de las cuatro de la tarde, en la mesa donde tomaba su café el autor Orlando Aldama. Tocando todos los temas del acontecer de Durazno y del mundo están Leopoldo, Pacho, Bollolo, Ricardo, Miguel y Julián.
Está todo bien por la sede, pero muy tranquilo. Habrá que «templar» y salir en cualquier momento.