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El amanecer montevideano nos ofrece una hermosa vista del puertito del Buceo.
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Hace quince años, agobiada por la vida familiar, Sonia (65) se puso a buscar «un lugar chiquito para ella» y terminó comprando un pequeño barco de madera donde vive desde entonces, anclada en el puertito del Buceo y con la única compañía de su gato Bimbo. Como los inviernos pueden ser muy duros, está considerando irse a vivir con su hermana y ya puso su bote a la venta.
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Giovanni es profesor de patín artístico en varios clubes de Montevideo y de la Ciudad de la Costa. Compró su barco hace dos años, en principio para disfrutar de la navegación que tanto le apasiona, pero desde hace unas semanas —luego de tener que vender su casa— está considerando convertirlo en su vivienda permanente.
